Actitudes Para Convivir

Por: Carlos J Vidal Lassis

 

“Si hay alguien distinto, que pase, es bienvenido.”

 

Hoy día la violencia, el irrespeto, la desconsideración, burla, y otros males que abundan en la sociedad y con los cuales convivimos en una continua insatisfacción y rechazo hacia otros. Muchos nos quejamos y podemos a veces ser víctimas y también a veces, victimarios. De esta manera estamos glorificando cada vez al mal. Solo si cambiamos todos, podremos cambiar la humanidad para glorificar el bien y convivir en paz y armonía .

Tomando un ejemplo común pero que puede ser transferido a muchas otras situaciones similares en nuestras vidas, es la violencia en la calles y las carreteras. Podríamos ir rumbo al trabajo o a una cita importante y alguien, sin consideración y de manera irrespetuosa de la seguridad propia y de otros, nos corta el paso o comete una imprudencia, nos sentimos burlados, irrespetados, agredidos y nuestras reacciones pueden ser muy negativas, muchas veces haciéndonos daño, porque el imprudente egoísta ni se entera y el disgusto que pasamos tiene su secuela negativa en nuestro cuerpo y alma.

Recordemos que nosotros podemos, por acción u omisión, ocasionar las mismas situaciones desagradables, por las actitudes que podemos asumir en determinados momentos y circunstancias. De manera que es innecesario decir aquí, lo que sucede cuando hay reacciones y se escala a confrontaciones físicas o verbales originando consecuencias peores. Entonces, ¿cuál debe ser nuestra respuesta y actitud para enfrentar esta gran falla humana que nos afecta a todos e impide el bienestar común y la vida con plenitud?

¿Qué pasa si pensamos que el otro conductor es nuestro hijo o hermana, alguien cercano?  Veremos cómo cambia nuestra consideración de esos hechos. Pensemos en el otro como si fuera un hijo, o alguien a quien queremos mucho. Si captamos esa diferencia, podemos aceptar que si se puede cambiar al hombre, cambiando nosotros mismos. Todos somos responsables y debemos pensar siempre en los demás.

Lo primero es entender lo antes dicho y lo segundo, entender que todos somos humanos y por lo tanto estamos interconectados unos con otros, siendo altamente interdependientes social, física y espiritualmente. Debemos asumir las actitudes de conexión, comprensión, acercamiento, ayuda y aceptación a los demás. Transformar nuestras actitudes por aquellas que fomentan la convivencia fraternal es el camino a la paz, a la armonía y el desarrollo de la humanidad.