Que desalojaron un cartel de la PN no lo puedo creer

Alejandro Santana POR ALEJANDRO SANTANA
 
P,P,P,P,P,P………C,C,C,C,C,C,C,, muchacho, ven leeme esta noticia, que yo no entiendo, o no lo  puedo creer, ?qué, usted entendió, papá¿, ¡que desalojaron a los policías de un cartel en el Cercado de San Juan de la Maguana! ; Eso es lo que dice, “Pa”.
 
¡Que eso es lo que dice!, pues se acabo el mundo, mi hijo!; tartamudear, fue lo que me salió al principio, por eso esas “P”, y esas “C”, para luego reaccionar, sorprendido.
La noticia es verdad, la encontré en el periódico digital Noticiario Barahona, del periodista Juan Francisco Matos Espinosa, identificando como fuente al digital de San Juan de la Maguana “Barriga Verde”, un medio de mucho prestigio y firmada por el periodista Luis Ney Suero, a quien conozco.
Leí, la re-leí, el hecho ocurrió en un municipio de San Juan de la Maguana, El Cercado, en el Sur Central de República Dominicana,! un cuartel policial desalojado porque la vivienda que serbia como tal era reclamada por una cooperativa, que al fin logro una sentencia de desalojo y la ejecutaron.
Entiendo que las sentencias para un desalojo no se consiguen tan fácilmente, aunque se pueden dar pues están contempladas en la ley, pero el proceso dura muchos años.
Antes, las partes acuden donde un juez de paz, que acuerda plazos  para el abandono voluntario del inmueble, plazo que es renovado hasta en tres ocasiones.
Pero cuando alguien logra una sentencia de desalojo, tiene que iniciar un verdadero calvario, “solicitar la fuerza pública para su ejecución, esa solicitud va a las altas instancias policiales, que también se tomo su tiempo, claro si no hay dinero de por medio.
Lo del dinero y el tiempo parece que se ha hecho ley y resulta hasta legal, pero no entiendo, que miembros de la fuerza pública que son policías, acudan y desalojen a sus propios  compañeros.
Trate de buscar razonamiento lógico  al hecho de, lanzarle sus pertenencias a los del cuartel de El Cercado, y que luego de que este se produjo, un camión de la institución se presentara y se llevara los corotos, lanzados a las calles.
No salgo de la sorpresa, no lo puedo creer, no sé donde inscribir esta nota, si dentro de las “jocosas, de las fabulas o dentro de los cuentos de adas o monstruos”.
A la hora de construir este artículo, ya habían pasado unos dos días y no se tenía las reacciones del general policial de la plaza, pero tampoco de ninguna autoridad.
Solo la sorpresa de las personas del lugar, un poblado de gente laboriosa, que decía que  ahora no tendrán policías en el lugar, en momentos en que la delincuencia campea hasta en las grandes ciudades.
Con tantos jerarcas militares, policías y funcionarios que se han hecho muy ricos con el dinero del pueblo y esos policías sin cuartel y no hubo ni siquiera la voluntad de los superiores para que eso no ocurra.
Aseguro que he seguido la renuncia del Papa  Benedito 16 y el rayo que cayó en la cúpula  de la basílica de San Pedro, sin inmutarme, pero este desalojo me ha causado, hasta desaliento, al ver que instituciones como la policía, pueden ser sujeta de ese tipo de acción, “que es legal”.
¡No lo puedo creer!, y recuerdo que reaccioné como un tartamudo, que las “P” y las “C”, que me salieron al principio, me salieron a una velocidad de sesenta “P” y”C” por segundo, la misma velocidad que impide al ojo del humano ver que las bombillas parpadean.

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