SER FELIZ CON LO QUE TENGA

En un evento internacional que organizamos sobre normas de alimentos mientras laboramos en Digenor, conocimos a un Ing. químico de un país hermano y que es representante de su país frente a la FAO y explica que con frecuencia viaja por las naciones miembros del organismo en actividades similares. Ese técnico es una persona sencilla, humilde, amistosa y de un perfil solidario y llano. Por tres días intercambiamos con él trabajando en el tema. La vestimenta de esa persona era muy escasa y de uso frecuente. Por la gran amistad generada una técnica del programa le regaló ropa.

El caracter de ese técnico era impactante y aleccionador y recordamos sus expresiónes: “Yo me siento satisfecho con lo que tengo, es suficiente y cumplo mi misión con entusiasmo, no concibo vivír fuera de mi ambiente porque me debo a ese lugar”. Sus palabras conmovían y mandaban un mensaje de amor y devoción.

La vida cada día deja sus enseñanzas y debemos aprender de nuestro corazón y sentimiento. Muchas veces tenemos lo necesario para vivír, estamos felices pero aspiramos a algo que no necesitamos porque somos conducidos por la vanidad y la fantasía.

Las personas nacieron para ser felices no para ser ricos o millonarios. La felicidad de vivír en paz, armonía, comprensión, compartiendo y disfrutando de las bondades de la naturaleza. Hay pureza de corazón y espíritu al servicio de los demás, llenos de amor, justicia, salud y confraternidad.

Donde hay riqueza individual está la duda, injusticia, abunda el abuso, desconfianza, angustia, sangre y armas para cuidar la inseguridad. No hay amor ni solidaridad porque el dinero ciega.