Por Ramón Dandrade
El tiempo se no va. oh Dios, y nosotros no hemos podido
arreglar nuestras cuentas contigo. Aún nos queda mucho
por caminar…!. Nuestros corazones siguen amargados por
resentimientos del pasado.
Hay viejas rensillas que nos carcomen por dentro. Tenemos
deudas con todo el mundo, y nuestras alcancias están
vacías de amor y buena voluntad.
A ti no te podemos engañar, oh señor. Sólo Tú tienes la for-
mula para restaurar nuestra paz contigo, con nuestro prójimo
y con nosotros mismos.
Socórrenos, Oh amoroso y Buen Dios, el tiempo se nos acaba
pero que no se nos acabe» Tu Maravillosa Gracia la cual nece-
sitamos urgentemente; En esta hora, y Ya.
Por amor a Cristo te lo suplicamos. Amen.
COMETARIOS