Por Justo Manuel Luperon
A mis amig@:
He tropezado, realizando labor de limpieza en mi ordenador, con el documento que reproduzco por varias razones que he considerado de importantes. Se ajusta al momento que vivimos los efectos de la natividad; se encuentra en el preciso tiempo que vamos a ingresar al biscentenario del natalicio del patricio Juan Pablo Duarte y, como por arte de magia, escribí, dicho documento, cuando fui electo presidente del Instituto Duartiano, despés de una accidentada campaña eleccionaria (nada es fácil en esta vida, uff); por último, hoy como ayer, pido perdón con profunda humildad, apegado a los principios de buena voluntad, propios de estos días de renovación.
Todos tenemos que pedir perdón, porque como seres humanos, sin querer las más de las veces, estamos hiriendo, denotando y hasta empujando a quienes se nos cruzan. Pues, por si acaso, es necesario descargar esos faldos molestosos que impiden subir la cuesta de la satisfacción plena de espiritualidad, hacia el crecimiento individual necesario. Sobre todo, porque no se puede pedir perdón, sin antes haber perdonado a quienes se quivocaron o no, contra nuestras actitudes, hasta con las propias aptitudes. He perdonado, definitivamente, a todos los que me abversaron con o sin razón. Por tanto, me declaro libre de enemigos gratuítos, forzados, circunstancial o provocados involuntariamente. En mi corazon no existe el rencor. “Alla” a todos aquellos que aún persisten en una arena movediza en sus vidas . Dios les extienda su bastón de soporte y les ayude a salir al encuentro de su propio estado de conciencia en evolución prístina. FELIZ NAVIDAD A TODOS Y A TODAS. Gracias por estar ahí. Justo Luperon (Frank Adolfo+
13 de dieiembre 2007
Pte electo Instituto duartiano
La vida cada vez resulta más costosa y se torna, a veces difícil con su secuela de mentiras y quimeras, de golpes fallidos y sueños truncados por las inclemencias de la decidia de tantos que pueden dejar hacer a los que emprenden, con vision, jornadas dignas de ejemplos.
Y nos llegan estos días propicios para la reflexión, aunque justo es reconcer, que no es necesario llegar a tan distante ocasión para ser lo que estamos obligado ser. Sin embargo, como se nos pasa el tiempo en otras cosas y no atendemos ese imperativo, entonces nos queda esta oportunidad para el perdón y el reencuentro.
Deseo con sinceridad y si se quiere notar, aferrado a la humildad, solicitar el perdon a todos y todas aquellas personas que, tal vez, pude agredir con mi prisa rumbo a mis metas, tras los objetivos pautados que aplastan obstáculos. Sabrá Dios cuantos anhelos he destrozado en esa aspiración de llegar. Pido perdón
En todo momento de mi vida, pienso en que debo fijarme de que manera estoy conduciendo el vehículo que soy para graduarme en el optimo manejo, evitando los accidentes y dejando pasar a los demás, cuando la oportunidad de su prisa por llegar a su destino, sea notoria. También he de arribar a las metas, justo a tiempo para el disfrute de mis esfuerzos. Así no tendré la necesidad de pedir perdón.
Quiero en esta ocasión que nos regala la salud un espacio, desearles a todos los amigos que he cosechado en esta red y los que están ahí, silentes pero generosos, porque aceptan estar en los que podrán ser sino buenos amigos por lo menos contertulianos ciberdiasporinos, todos y a todas en este conglomerado de hermanos, amigos y excelentes seres humanos, Felices días por llegar, salud y larga vida. Prosperidad y disfrute pleno de la misma, junto a sus seres queridos. Gracias. Justo Luperón (Frank Adolfo). Declamador Dominicano. Presidente Electo Instituto Duartiano de los Estados Unidos, Inc.
COMETARIOS