Mis queridos Amigos y Hermanos,
A decir verdad, y si nos ponemos a analizar concienzudamente la trayectoria de grandes hombres y mujeres que han dejado un legado en la historia de la humanidad, encontraremos que esas vidas ejemplares, además de ser emprendedores, tener buena voluntad para obrar, poseer la energía y la unción, poseían la virtud de adoptar la idea de una doble porción. Es decir, no se satisfacían de seguir los pasos a sus contemporáneos, más la visión y el enfoque era distinta. Estos hombres y mujeres, querían trazar un futuro partiendo de una proporción magnificada.
Todas las civilizaciones están sujetas a cambios, y la asimilación para resistir esos cambios es la que en definitiva, va a hacer la diferencia entre: Perecer, subsistir y ser exitoso/a. Cuando menciono la palabra “Asimilar”, me refiero al hecho de conducir nuestras vidas diligente y significativamente hacia un propósito definido y concentrado en altas expectativas. Por lo que es necesario establecer parámetros definidos que nos permitan reconocer nuestro nivel de energía y enfoque, y de esta forma medir nuestro desarrollo a través del tiempo. Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Dónde estoy en el momento actual y hacia dónde quiero ir? –Ante todo, debemos comprender o definir lo que es, “enfoque”, la actitud mental que concibe en una forma clara y concisa nuestra meta. Y “energía”, ese vigor que inyecta intensidad a ese compromiso personal que hemos adoptado como meta.
Si analizamos la relación entre “enfoque” y “energía” en una matriz lineal, podremos entender si tenemos la capacidad para alcanzar grandes y exitosos logros.
- Bajo enfoque Vs baja energía– Con esta actitud, no sabemos hacia dónde vamos, ni tenemos la energía para cambiar ese estado. Nos mantenemos en el continuismo, haciendo lo mismo y postergando día tras día sin tomar decisiones que nos saque de la rutina. Convirtiéndonos en: “procrastinadores empedernidos.”
- Bajo enfoque Vs alta energía– No existe visión de lo que queremos, y ni tan siquiera sabemos hacia donde nos dirigimos. Sentimos la gran necesidad de hacer algo; dejándonos persuadir por el estrepitoso impulso de lograr algo, pero sin antes reflexionar de las consecuencias de nuestros actos y decisiones.
- Alto enfoque Vs baja energía”– Esta actitud se caracteriza por adoptar una actitud obstinada de estar a la defensiva. Actitud que nos impide reconocer el problema o la situación, y tomar los pasos necesarios para corregirlo. El famoso Síndrome del Avestruz.
- Alto enfoque Vs alta energía– ¡Es precisamente esta actitud, la que hace la diferencia! La que proporcionará el éxito, una vez pongamos en práctica: La lucidez para visualizar hacia dónde nos dirigimos, decidimos la ruta a seguir y actuamos de acuerdo a un plan establecido.
Si tenemos la entereza en realizar nuestros sueños y aspiraciones, debemos tener un alto enfoque y una alta energía, pero también es necesaria la bendición del altísimo para que Él nos proporcione la sabiduría necesaria para discernir los acertijos y decisiones que enfrentaremos en la marcha. Sigamos los pasos de Eliseo, personaje bíblico que en medio de la incertidumbre y la flaqueza ante la misión de significancia que Dios le había encomendado, y al ver la unción profética, la energía y enfoque de su mentor, (El profeta Elías), le pidió a éste, una doble porción de su espíritu. “Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.” (2Reyes 2:9-10). Eliseo quería trabajar con una doble porción, con mayor ahínco y tesón partiendo de una proporción magnificada. He aquí que según nos narra las Sagradas Escrituras, Dios concedió esa petición y los resultados fueron exitosos.
Jesús nos dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá” Pidamos pues, una doble porción del espíritu de Cristo para conquistar la santidad, llenarnos de unción y culminar la obra del evangelio. Porque primero tenemos ¡que buscar el reino de Dios y su justicia, para que las demás cosas sean añadidas!(Mateo 6:33).
¡Dios los bendiga rica y abundantemente!
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