"LA DOBLE PORCIÓN QUE EL MUNDO NECESITA"

Frank ZorrillaMis queridos Amigos y Hermanos,

En una ocasión, el gran poeta Inglés John Milton hizo una excelente pregunta, ¿Qué es la fuerza sin una doble porción de sabiduría?…Hoy, la misma pregunta puede repercutir en nuestras mentes en busca de una respuesta sensata.
A decir verdad, y si nos ponemos a analizar concienzudamente la trayectoria de grandes hombres y mujeres que han dejado un legado en la historia de la humanidad, encontraremos que esas vidas ejemplares, además de ser emprendedores, tener buena voluntad para obrar, poseer la energía y la unción, poseían la virtud de adoptar la idea de una doble porción. Es decir, no se satisfacían de seguir los pasos a sus contemporáneos, más la visión y el enfoque era distinta. Estos hombres y mujeres, querían trazar un futuro partiendo de una proporción magnificada.
Todas las civilizaciones están sujetas a cambios, y la asimilación para resistir esos cambios es la que en definitiva, va a hacer la diferencia entre: Perecer, subsistir y ser exitoso/a. Cuando menciono la palabra “Asimilar”, me refiero al hecho de conducir nuestras vidas diligente y significativamente hacia un propósito definido y concentrado en altas expectativas.  Por lo que es necesario establecer parámetros definidos que nos permitan reconocer nuestro nivel de energía y enfoque, y de esta forma medir nuestro desarrollo a través del tiempo. Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Dónde estoy en el momento actual y hacia dónde quiero ir? –Ante todo, debemos comprender o definir lo que es, “enfoque”, la actitud mental que concibe en una forma clara y concisa nuestra meta. Y “energía”, ese vigor que inyecta intensidad a ese compromiso personal que hemos adoptado como meta.
Si analizamos la relación entre “enfoque” y “energía” en una matriz lineal, podremos entender si tenemos la capacidad para alcanzar grandes y exitosos logros.

  • Bajo enfoque Vs baja energía– Con esta actitud, no sabemos hacia dónde vamos, ni tenemos la energía para cambiar ese estado. Nos mantenemos en el continuismo, haciendo lo mismo y postergando día tras día sin tomar decisiones que nos saque de la rutina. Convirtiéndonos en: “procrastinadores empedernidos.”
  • Bajo enfoque Vs alta energía– No existe visión de lo que queremos, y ni tan siquiera sabemos hacia donde nos dirigimos. Sentimos la gran necesidad de hacer algo; dejándonos persuadir por el estrepitoso impulso de lograr algo, pero sin antes reflexionar de las consecuencias de nuestros actos y decisiones.
  • Alto enfoque Vs baja energía”– Esta actitud se caracteriza por adoptar una actitud obstinada de estar a la defensiva. Actitud que nos impide reconocer el problema o la situación, y tomar los pasos necesarios para corregirlo. El famoso Síndrome del Avestruz.
  • Alto enfoque Vs alta energía– ¡Es precisamente esta actitud, la que hace la diferencia! La que proporcionará el éxito, una vez pongamos en práctica: La lucidez para visualizar hacia dónde nos dirigimos, decidimos la ruta a seguir y actuamos de acuerdo a un plan establecido.

Si tenemos la entereza en realizar nuestros sueños y aspiraciones, debemos tener un alto enfoque y una alta energía, pero también es necesaria la bendición del altísimo para que Él nos proporcione la sabiduría necesaria para discernir los acertijos y decisiones que enfrentaremos en la marcha. Sigamos los pasos de Eliseo, personaje bíblico que en medio de la incertidumbre y la flaqueza ante la misión de significancia que Dios le había encomendado, y al ver la unción profética, la energía y enfoque de su mentor, (El profeta Elías), le pidió a éste, una doble porción de su espíritu. “Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.” (2Reyes 2:9-10). Eliseo quería trabajar con una doble porción, con mayor ahínco y tesón partiendo de una proporción magnificada. He aquí que según nos narra las Sagradas Escrituras, Dios concedió esa petición y los resultados fueron exitosos.
Jesús nos dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá” Pidamos pues, una doble porción del espíritu de Cristo para conquistar la santidad, llenarnos de unción y culminar la obra del evangelio. Porque primero tenemos ¡que buscar el reino de Dios y su justicia, para que las demás cosas sean añadidas!(Mateo 6:33).
 
¡Dios los bendiga rica y abundantemente!

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