
El primer registro de algo similar a los aguinaldos viene del rey romano Titus Tatius, cerca del año 750 a.C. En ese tiempo se instituyó una tradición en la que el rey iba a recoger ramas de verbena en el bosque sagrado de Strenua, la diosa de la salud. Esto tenía la finalidad de obtener una buena salud durante todo el año. Una vez que había regresado a su palacio, el pueblo llevaba más ramas del mismo arbusto para desear un buen año al rey.
Conforme fue pasando el tiempo, la gente empezó a darse ramas entre ellos para desearse un buen año, y poco a poco la naturaleza de los regalos fue cambiando. En algunos casos se daba algún tipo de comida, mientras que en las familias más adineradas se intercambiaban piezas de metales o joyas preciosas. La tradición se volvió tan importante que se extendió por todo Europa, adaptándose a las tradiciones propias de cada cultura.
La palabra aguinaldo es el resultado de la evolución etimológica de Au -Gui-l’aneuf. Au Gui era el nombre del muérdago de la encina con el que los sacerdotes druidas sustituyeron las ramas de verbena y L’anneuf significa el año nuevo, y con el tiempo aguinaldo se volvió un sinónimo de regalo.
Con la llegada de la Iglesia Católica al Imperio Romano, las tradiciones se fueron mezclando y poco a poco los regalos se adelantaron del 1ro de Enero al 25 de Diciembre, día en que se celebra Navidad. Para el siglo XIV, la aristocracia francesa ya intercambiaba regalos navideños regularmente, tradición que se fue contagiando a toda Europa.
Más recientemente, en el siglo XX, algunas empresas en países mayormente católicos empezaron a ofrecer algunos regalos a sus empleados en la época navideña. Afortunadamente, algún empresario tuvo la gran idea de dar dinero en lugar de algo en especie. Desde la década de los 70’s en México el aguinaldo es obligatorio por ley para todos los empleados asalariados, el mínimo son 15 días si se trabajó el año completo o el equivalente si únicamente se trabajó parte del año. El aguinaldo debe ser entregado a los empleados a más tardar el 20 de Diciembre.
No sé ustedes pero yo, al igual que millones de asalariados, estoy más emocionado ante la llegada del aguinaldo que ante la llegada de Santa Claus.
Fuente: http://www.sabiduriadeescalera.com
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