ORLANDO DICE… Las “bajas” de Taína e Inchausti

Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do

LAS “BAJAS”.- Desde afuera, a distancia, se interpretan como bajas sensibles la deserción de dirigentes del PLD que se consideraban emblemáticos, como Taína Gautreau y Luis Inchausti.
Sin embargo, cuando se indaga entre peledeístas, no hay lamentos y lo menos que se dice es que eran cruces muy pesadas y que no encontraban Cirineo para cargarlas. Que el irse fue mejor que quedarse.
Hipólito Mejía, por su parte, los aprovecha y recibe como aportes sustantivos a su campaña. Conviene que estén con él y no con el contrario, y en este tramo de la campaña no se puede ser muy exigente y fijarse en los colmillos del caballo regalado o que viene por su propia cuenta. Además, ninguno creará dificultades, y si eran “rebuseros” en su antiguo partido, en la nueva casa se comportarán como boyscouts. Incluso, Gautreau e Inchausti tienen algo en común, además de ser peledeístas: conocieron, antes de dar el paso, la generosidad del candidato Mejía cuando era presidente de la República. No tienen porqué dudar de sus palabras cuando les dice que estarán con él en el paraíso…
LA UTILIDAD.- Taína Gautreau en su momento y Luis Inchausti ahora coinciden en su dolor de haber tocado las puertas de la dirección del partido y por igual de la candidatura, sin que se abrieran. Las respuestas a sus afanes no les dejaron dudas: No los querían, no los necesitaban, como en su ocasión dijera Fidel Castro de los marielitos que se iban como en fuga hacia territorio norteamericano.
¿Cómo se explica esta actitud? ¿Se trata de arrogancia o de suficiencia? Como compañeros fueron estimados en alguna oportunidad y pusieron bajo su mando responsabilidades políticas de importancia. ¿A qué el asco de ahora? Dice un refrán que “cuándo la mar bota pejes”… A Guatreau, al saberse segura su decisión de apoyar a Hipólito Mejía, se le invitó a un convite de teóricos, y hasta se estudió la forma de integrarla al comando de los médicos, ya que esa es su profesión.
Inchausti, Inchausti ¿dónde cabe? El fuerte suyo no son los peledeístas de las bases, como quiere hacerse creer, o él mismo se proclama. Hay mitos que sobreviven las coyunturas… EL TRABAJO.- Luis Inchausti en el primer gobierno del PLD ganó fama como jefe de las bases, pero la verdad que su trabajo fue otro: mantener el control de los violentos de los barrios, y no de su partido, a través de un programa de subsidio directo. Las tarjetas de ahora, solo que en efectivo.
El PEME fue considerado en aquella ocasión como una práctica aberrante de clientelismo político. Que no era tanto político como social, pues su divisa era muy clara y contundente: Pagar para no pegar. Cuando se establece a quienes era que se les pagaba o que no se quería pegar, el programa se derrumbe a falta de sustento ético. Era cosa de alimentar una boa que adormecida no era el monstruo imbatible en los tiempos de protesta. Con decir que fue de lo único que pudo agarrarse la administración siguiente, del propio Hipólito Mejía, para llevar a la cárcel a funcionarios que de una u otra forma estuvieron ligados a esa especie de Naranja Mecánica, aquella novela de Anthony Burgess, llevada al cine por Stanley Kubrick, que intentó el gobierno de Leonel Fernández…
NO HAY.- Al volver el PLD al poder, con el mismo Leonel Fernández, no aplicó el antiguo programa de reparto de dinero a los grupos violentos de los barrios, y Luis Inchausti no pudo recuperar jamás su “prestigio” y dejó de ser útil a una administración que buscó medios más sofisticados para ganarse la simpatía o atraer la voluntad de los núcleos pobres de la población. El PEME se criticó y sus responsables dieron con sus huesos a la cárcel. Incluso, puede decirse que aprendieron la lección.
Desde entonces Inchausti se convirtió en un incordio, puesto que no se le encontraba lugar apropiado y su ego no lo dejaba vivir. En esas condiciones lo presenta en público Hipólito Mejía, ya que era suyo desde que lo perdonó, lo liberó de Najayo y devolvió sus bienes. Ahora ¿puede Inchausti servir a los fines de Mejía? Esa es una gran pregunta, pero difícilmente pueda responderse.
Su carisma era porque resolvía, y resolvía porque le daban. ¿Está el candidato del PRD en condiciones de dar? Dicen que Inchausti tenía o tiene un letrero grande en su oficina que al mismo tiempo defensa, es advertencia: “No hay dinero”…
FUENTE:http://www.listindiario.com

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