Si la Intención es Ayudar, Precisemos los Datos


Por Bienvenido Heredia
Uno de nuestros suroestanos, preocupado por la situación de calamidad de la mayoría de nuestros habitantes, ha decidido dar seguimiento a la indetenible crecida del Lago Enriquillo y las consecuencias funestas que ese fenómeno ha causado in crescendo a las comunidades productivas de sus alrededores.
El señor José Antonio Matos, ecologista y ambientalista, lleva varios años observando el comportamiento del lago más grande de Las Antillas. Y lo ha hecho con mucha entrega y objetividad, midiendo periódicamente el nivel de dicho acuífero. Ha aportado datos y ha expresado su criterio sobre las causas y evidentes consecuencias de su excepcional crecida.
Lo felicito sinceramente. No le conozco personalmente, pero creo que está haciendo un gran aporte a los habitantes de las provincias Bahoruco e Independencia y, con ello, a toda la Región Enriquillo.
Ahora bien, aportar datos y demostrar preocupación, no indica que tenemos licencia para exagerar números, porque se da la impresión de que la intención, más que hacer propuestas de soluciones, persigue alarmar.
En un artículo titulado “Calamidad prolongada”, publicado en Ecos del Sur, el señor Matos pone a sufrir cerca de “200 mil ciudadanos que viven en la zona de influencia directa de la crecida del Lago Enriquillo”. Al leer ese dato me sentí muy preocupado, porque el articulista y ambientalista sabe perfectamente que entre las Provincias Bahoruco e Independencia tienen una población que no sobrepasa las 150 mil personas. De manera que hay casi 50 mil ciudadanos inexistentes, sufriendo también las consecuencias del señalado fenómeno.
La provincia Bahoruco tiene una población aproximada de 119 mil habitantes. Los municipios más afectados de dicha provincia son Villa Jaragua (cerca de 14 mil habitantes) y Los Ríos (menos de 10 mil habitantes). Entre esos dos municipios tenemos apenas 24 mil ciudadanos que estarán siendo afectados. Si le sumamos a estos un 15% ó 20% de los habitantes del municipio de Neyba (54 mil habitanes) imaginando que son productores con predios en la zona de influencia de la crecida del Lago, podríamos pensar entonces en que unos 32 mil o 35 mil ciudadanos de Bahoruco serían los afectados por las ingratas y criminales crecidas lacustre.
Independencia por su lado, tiene apenas unos 55 mil habitantes. Aceptando que todas sus comunidades, incluyendo Cristobal, son afectadas por las indeseables crecidas de las saladas aguas del Lago Enriquillo y que todos sus habitantes sufren por ese fenómeno, concluimos entonces que entre ambas provincias los ciudadanos afectados no llegan a 100 mil.
Es por ello que no acabo de entender de dónde salieron “200 mil ciudadanos” afectados en el artículo del señor José Matos. Lo he leído preocupado por su gente, pero debe seguir haciéndolo con la mayor objetividad posible para que su indiscutible intención de ayudar, surta finalmente el efecto positivo que esperamos todos y necesitan  nuestros hermanos de Bahoruco e Independencia, damnificados sempiternos de unas aguas que no debieron jamás salir de su hoya.

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