
Queridos compueblanos, amigos y familiares; es nuestra tradición celebrar las Navidades con entusiasmo y renovación de nuestras esperanzas de mejoría en lo material y el regocijo que llena nuestro espíritu, al reencontrarnos con nuestros familiares y amistades que retornan por estos días. La alegría inunda en la medida de lo posible nuestros hogares y generalmente es nuestra intención disfrutarla a plenitud.
Dios estará más presente en nuestras vidas y nos protegerá y guiará cercanamente en la medida que seamos menos egoístas, individualistas y antisociales.
Estoy seguro que si todos rogamos a Dios por nuestra buena salud, la paz, el bienestar y que nos ilumine y ayude en tomar las decisiones correctas que nos lleven por el mejor camino hacia el logro de nuestros propósitos individuales y colectivos. El nos escuchará.
Unidos en la oración desde cualquier lugar o religión, conformamos un fuerte estimulo ante el que Dios necesariamente presta atención.
Dispongámonos a reanudar nuestro entusiasmo en este próximo año, el 2012, para impulsar aquellas acciones que favorezcan la formulación y concretización de ideas y proyectos que permitan la creación de empleos, la consolidación de la institucionalidad local y nacional, la clara definición de nuestros principales problemas comunitarios y las correspondientes acciones para solucionarlos.
La Fe nos motiva para ejercer las acciones que nos benefician.
Felicidades y un venturoso año nuevo.
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