POR EMILIO ORTIZ.
Cada dÃa son más las personas que en la región Sur, pero particularmente en la provincia y ciudad de Barahona se convencen de que el desarrollo de esa zona, a la sombra de los estupendos recursos naturales con que cuenta, se debe dar a través del desarrollo del turismo.
El error de muchos de ellos fue sentarse a esperar que el impulso a ese desarrollo llegara desde fuera.
Quizá muchos de ellos no tuvieron la oportunidad de ver una pelÃcula de Harrison Ford en la cual hace el papel de un piloto aventurero en las islas de los mares del sur, que se pierde en una desierta junto a la editora de una revista de modas.
En un bar, el personaje dijo que muchas parejas de turistas vienen a esos paraÃsos buscando magia y no se dan cuentas de que la única magia que encontrarán, fue la que ellos trajeron.
En el año 2005, un grupo de barahoneros se dio cuenta de que ellos tenÃan la magia (sus recursos naturales y sus gentes) y que a partir de ahÃ, el desarrollo de la región tenÃa que iniciarse con sus propios recursos.
Asà nació el Cluster TurÃstico de la Provincia de Barahona: de la nada.
En estos años, sin embargo, han avanzado bastante, sobre todo en la creación a nivel provincial de una conciencia de que son los recursos que tienen los que deben desarrollarse; que con lo poco que tienen ahora en infraestructura turÃstica deben dar un ejemplo de capacidad de competir y a partir de ahà atraer nuevos inversionistas.
El cluster de Barahona ha logrado desarrollar un modelo de oferta turÃstica que puede ser una referencia para potenciales inversionistas que andan buscando algo diferente. Esto asÃ, porque ya muchos turistas, como tales, han dado a entender que además de arena, sol y playa buscan otras formas de entretención, de descanso y esparcimiento.
El Cluster de Barahona se dio cuenta de que no hacen nada con tener  un buen aeropuerto, sino hay vuelos regulares. Pero tampoco puede plantearse una ofensiva en busca de que los turoperadores lleven a esa zona sus clientes, porque no disponen de la infraestructura hotelera que les permita dejar esa demanda satisfecha, por ello han optado por ofrecer las habitaciones que tienen con un modelo de pequeña escala. Hoteles de 10 a 20 habitaciones, y habitaciones en casas particulares.
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