LA REVOLUCIÓN DE ABRIL:
EL AYER PARA EL HOY Y EL MAÑANA
José Antinoe Fiallo Billini
Debemos hacer un esfuerzo por pensar de manera profunda, pero creativa, por qué se produjo y cuál es la significación histórico-polÃtica de la Revolución de Abril de 1965, con la intención de que ello sirva al presente y al futuro, es decir, un pasado que puede estar en el hoy y el mañana de los que ahora y en el tiempo por venir vivimos y viviremos en la sociedad dominicana.Una Crisis HistóricaUna primera cuestión que debemos esforzarnos y preocuparnos por despejar es el significado de la crisis del régimen de Trujillo desde finales de la década de los cincuenta. ¿Qué implicó el que la TiranÃa de Trujillo hiciera una crisis que llevó al ajusticiamiento de su cabeza polÃtica?Probablemente hay, entre otros, dos componentes a resaltar: la reactivación y emergencia de la oposición radical-democrática, expresado esto en la organización clandestina 14 de Junio, por un lado, y por el otro, el inicio de divisiones o fracturas del grupo dominante o hegemónico, lo que se manifestó en las diferencias de Trujillo con el Imperialismo Norteamericano y en el llamado complot del 30 de Mayo que culminó con la muerte de la cabeza de la TiranÃa y que fue organizado por trujillistas disidentes con apoyo norteamericano.¿Qué nos dice, en primer lugar, esto como proceso?Bueno, pues que estaba en curso, paso a paso una crisis de hegemonÃa, es decir de las capacidades de ascendencia del grupo dirigente sobre el conjunto de la sociedad, incluyendo la habilidad de dar coherencia a la dominación y opresión. Por otro lado, la emergencia de una contra/hegemonÃa como componente de esa crisis, lo que quiere decir que comenzaron a surgir factores intencionales de desarticulación y debilitamiento de las capacidades de ascendencia, control y opresión de las mayorÃas nacionales y populares.Pongámosnos Claros Sobre Eso que se Llama la Sociedad CivilLa contra hegemonÃa es una respuesta desde unos lugares, espacios, territorios; es una intención, unos proyectos, unas prácticas, unas acciones, unas mediaciones, unas organizaciones, unos imaginarios (lo que la gente o agrupamientos sociales cree que pasó, cree que pasa y cree que pasará) no desde el Estado o el gobierno (la sociedad polÃtica) sino desde fuera de ellos, alrededor de ellos, pero interactuando con ellos y ella.Desde 1961, surgieron sindicatos obreros, organizaciones campesinas, agrupamientos estudiantiles y profesionales, clubes barriales, partidos e instituciones polÃticas, organizaciones de mujeres, nuevas expresiones y formas religiosas oficiales y no formales, en suma, intenciones, proyectos, prácticas, acciones, mediaciones e imaginarios de las clases medias urbanas y de las clases populares nacionales desde sus territorios, espacios y luchas.Eso fue posible al sumarse la intención y la lucha con la crisis de hegemonÃa que fue debilitando la sociedad polÃtica y fortaleciendo la emergencia de la sociedad civil como lugar natural de la contra/hegemonÃa de lo popular y nacional y de debilitamiento, por el conflicto, del Estado, del gobierno, de la polÃtica tradicional hegemónica en su conjunto.Varios gobiernos se sucedieron (Balaguer, Consejo de Estado, Bosch y los Triunviratos) y cada gobierno significó un paso de debilitamiento de la dominación y la
hegemonÃa. Balaguer y el Consejo de Estado fueron continuidad y conflicto y fractura crÃtica de burocracia trujillista y nueva burguesÃa emergente; Bosch, populista que acentuó la crisis con un intento de democratización limitada que afectaba la nueva burguesÃa pro/norteamericana pretendiendo ciertas reformas desde arriba y sin movilización social; los Triunviratos como muros de contención de la emergencia de la sociedad civil, armas de una facción burguesa contra otras y por lo tanto de profundización de la crisis de la sociedad polÃtica.
Rodeados y en Crisis Adentro
La emergencia y desarrollo de la sociedad civil, con predominio de lo popular, populista y democrático-radical, con un desarrollo conflictivo, a veces precario por la inexperiencia en el arte polÃtico de la contra hegemonÃa, comenzó a trabar y dificultar la acción estatal, gubernamental de la sociedad polÃtica en el sentido impositivo, autoritario, de la clase burguesa y la burocracia heredera del trujillismo.Los órganos de seguridad o inteligencia fueron desmantelados parcialmente, reestructurados precariamente bajo protectorado yanki, luego se fueron dividiendo en compartimientos o grupos y terminaron neutralizándose entre ellos (los ojos y oÃdos, con visión parcial o casi taponados). En el caso del ejército, una parte del cuerpo de oficiales medios, apropiados de un saber sobre la polÃtica armada más adecuado a una práctica populista y democrática, cuestionaron y reflexionaron la práctica militar concebida como garante de la sociedad polÃtica (Estado y gobierno) autoritaria, alejada de la vida social cotidiana que alimenta la sociedad civil.SostenÃan una especie de proyecto en ciernes de reforma polÃtico-militar donde se concebÃa la corporación militar en un proceso de cierta ruptura con la separación del cuerpo social y con funciones más civiles en relación al conjunto del Estado, gobierno o sociedad polÃtica.Una Causa de Fondo de la Revolución de Abril
Mientras la sociedad civil se desarrollaba y en su dinámica cercaba a un Estado o sociedad polÃtica que no podÃa recomponerse, reestructurarse de manera democrática con cierta permanencia, elementos estatales de esa misma sociedad polÃtica se desplazaban para articular alianzas con elementos o componentes de la sociedad civil, con mediaciones de la sociedad civil o desde la sociedad civil.Se perdÃa la hegemonÃa desde el Estado cuando militares democratizadores abrÃan un canal intraestatal a la contra/hegemonÃa, se ganaba contra hegemonÃa cuando ésta establecÃa un canal de comunicación con elementos o factores de desequilibrio de la contra hegemonÃa. La contra/hegemonÃa, es decir, la capacidad de ascendencia de lo democrático y popular que es la sociedad civil, debilita la sociedad polÃtica con su acción y la división de esta, y se fortalece con su expansión alrededor del Estado y en el Estado con algunos factores o componentes de su crisis (es decir del Estado) que se incorporan a la dinámica que ella, como expresión clasista, de sujetos y de nación, desarrolla a lo largo de ese perÃodo.Si bien es cierto que el proceso es complejo, y que, podrÃa parecer que los grandes sujetos de la Revolución de Abril son los militares constitucionalistas y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ello no es tan simple y sencillo, y podrÃamos decir que tampoco es cierto como afirmación absoluta.Emerge, se desarrolla y expande la sociedad civil, surgen organizaciones polÃticas como el PRD que se plantea reformar desde arriba, es decir, un grupo ilustrado encabezado por un “jefe†que conduce a la democratización, sea pactando con Balaguer en 1962 (ganar una elección no es gobernar obedeciendo al pueblo) o con un golpe de Estado en abril de 1965.En esa lógica los militares constitucionalistas serán un componente para apoyar la reforma polÃtica como resultado electoral conducido por un “jefe†carismático (Bosch) o los ejecutores de un golpe para restaurar un gobierno electoralmente escogido y derrocado.Pero la dialéctica sociopolÃtica y sociocultural es mucho más compleja, y por lo tanto le complicó la realid
ad a los esquemas o proyectos de democratizar y reformar desde arriba.No es casual que a pesar de que se produce el 24 de abril de 1965 primero como alzamiento militar con apoyo civil, pero fundamentalmente como alzamiento militar, entre el 25 y 26 de abril se produce una especie de crisis en la expresión polÃtico-operativa de la contra/hegemonÃa, cuando el PRD y una parte de las fuerzas militares alzadas no pueden empujar a fondo el proceso insurreccional.El PRD como partido populista tradicional concebÃa la polÃtica como un ejercicio de lÃderes carismáticos y Estado o gobierno (sociedad polÃtica) en cierta medida, aunque tenÃa raÃces en la sociedad civil y hacÃa oposición a partir de componentes de la sociedad civil, la capacidad de actuar en desenlaces estaba referida al referente del orden y el control de la sociedad polÃtica en armonÃa con la hegemonÃa en la sociedad civil.En el caso de los militares constitucionalistas estaba la doctrina y el saber convencional militar, asociado al equilibrio interior de la polÃtica y la polÃtica armada, sin que necesariamente otro saber y otra polÃtica armada tuviera que contemplarse en el desenlace de confrontaciones.¿Cuándo la Revolución de Abril, avanza, se profundiza, se despliega? Lo hace cuando de una u otra manera, elementos, tanto de la vieja sociedad polÃtica en crisis como de la sociedad civil emergente, confluyen en puntos de acercamiento más asociados a lo democrático, a lo civil, a lo no convencional, a la emergencia o eclosión de fuerzas masivas donde convergen intenciones y espontaneidades, donde lo armado se redistribuye y no se especializa y donde lo polÃtico democrático se hace evidente y asumido por lo militar: el militar se reconoce como polÃtico y el polÃtico civil se arma, se hace militar, un reencuentro total de la naturaleza de los y las ciudadanos y ciudadanas.No pretendemos mitificar, sabemos limitaciones y limitantes. Pretendemos decir que cuando el poder, las capacidades de hacer, decidir, controlar, planear, se produce en asociaciones y articulaciones más horizontales (lo que no es perfección) se potencian y activan los procesos, y ello permitió al 27 de abril de 1965 redesplegar la revolución de abril y ello explica la intervención norteamericana o yanki del 28 de abril de 1965.Probablemente si ese punto de encuentro de la crisis de hegemonÃa en sus componentes más Ãntimos y sensibles (lo militar) y el despliegue de la contra hegemonÃa y la estrategia insurreccional del Movimiento Catorce de Junio (1J4) y otras fuerzas de izquierda se hubiera producido más tempranamente el curso de la historia pudiera haber sido otro. Transformar el alzamiento militar en una insurrección masiva desde la sociedad civil, donde lo militar alzado que escindió la sociedad polÃtica y lo insurreccional civil desde la sociedad civil convergieran, podrÃa haber sido una expresión democratizadora radical para esa época, y de hecho, como proceso comenzó aunque no culminó.Ello no sucedió asÃ, pero es una lección y un referente. Fueron los comandos constitucionalistas, con militares, religiosos, civiles, mujeres, haitianos, homosexuales, obreros, campesinos, moradores/as de los barrios, jóvenes, los que dieron una dimensión democrática y popular, un sostén de sociedad civil “constitucionalista†con más poder que los órganos convencionales de la “constitucionalidad†y que se abrió un cierto espacio a pesar de esquemas convencionales de ciertos sectores de izquierda referidos a la conducción o dirección polÃtica y a la estrategia armada en la diversidad.
Alguna Experiencia
Los procesos son complejos. Ellos abren caminos y esos caminos se recomponen frecuentemente. Las relaciones entre las sociedades polÃtica y civil son relaciones de conflicto cuando la sociedad civil se articula mÃnimamente como territorio de contra/hegemonÃa que a su vez debilita las hegemonÃas en las transiciones polÃticas. Las transiciones no son lineales, tienen diversidades de rutas, pero hay una cierta relación en la estrategia de fortalecer la sociedad civil comprendida como espacio de intereses clasistas y polÃticos no opresoras y la estrategia de desequilibrar y buscar resquicios e intersecciones en la sociedad polÃtica, que es espacio hegemónico-dominador que debe debilitarse.Debemos construir intenciones de intervención sociopolÃticas concebidas como estrategias de reactivación y expansión de la sociedad civil, vale decir, de capacidades de ascendencia polÃtica y moral sobre conjuntos sociales y a partir de intereses de mayorÃas populares, y colocar esa reactivación y expansión en un punto de encuentro con el proceso polÃtico de la cotidianidad dominicana.Acercar una parte de la sociedad polÃtica a los territorios, espacios e imaginarios de la sociedad civil para preparar un “momento más horizontal†de articulación de todos y todas las ciudadanos y ciudadanas en igualdad de ejercicios y de dotación de medios de sobrevivencia y salvaguarda de ellos y ellas y de la nación.Periódico “Caribe Soy†, Marzo-Abril 1997 , págs. 4 y 5 , Santo Domingo
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